Ha llegado el momento de entregarle a mis compañeros lo que les he preparado con tanto cariño durante por lo menos un mes… me tomé harto tiempo en pensar en cada uno de ellos y en encontrar que podía hacerles que los representara y que al mismo tiempo, en algunos, sea útil.
Me esforcé mucho en crear cada uno de ellos y dejé que mis habilidades
fluyeran, siempre he dicho que me gusta muchos las cosas manuales pero no
cuando me siento obligada por lo que tuve que darle un sentido real a lo que
estaba haciendo para que pudiera crear el mejor regalo para cada uno de ellos.
Llegó el momento de entregarlos… pero de una manera diferente a como
pensé que iba a hacer: como todas las clases en la sala Brígida Flores
acompañada de TODO el curso, pero no fue así sino de manera más sencilla y
espontánea. Nos reunimos en la pasillo afuera de la biblioteca y nos entregamos
nuestros regalos, entre medio sonaban los típicos aaw, aplausos, risas, grandes
abrazos, saludos y aclaraciones a veces para explicar el regalo… se dio una
instancia muy muy muy enriquecedora, dónde todos aprendimos un poco más y nos
sentimos más cercanos a los otros.
Algunos venían saliendo de exámenes y fue un
momento de alegría muy grande en la que, sin duda, todos nos sentimos queridos
y especiales en cierta forma, para cada uno de nosotros. Además me llama mucho la
atención lo que nuestra esencia puede causar en los otros, porque me destacaron
mucho la chispita de alegría que siempre muestro a pesar de estar llenas de
pruebas y momentos de colapsos por distintas cosas, por lo que me gustó mucho
esta dinámica.
Sin duda lo que cada uno le entregaba al otro era
algo simplemente tangible para el otro, porque el cariño nació hace mucho unos
meses y se ha ido acrecentando a lo largo que pasa el tiempo. No sólo han sido
meses de estudios, sino de aprendizajes de la mano de nuestros compañeros.
Esta dinámica me ha
enseñado que a veces hay que tomarse un tiempo para ver cuán importantes son
los otros para nosotros y no simplemente eso, sino que puedo hacer yo por
ellos, por toda esa alegría, por toda esa entrega, por la disposición, entre
muchas otras cosas que una persona te puede entregar.
Y quise tomar este trozo de la canción: Te regalo de Carlos Baute,
porque plasma el hecho de estar dispuestos, de estar siempre presentes para los
otros (la canción es un poco romanticona pero si uno la analiza en este sentido
se puede entender de otra manera), regalarle lo más propio de nosotros para su
bienestar y necesidades en todo momento.
“Hoy amanecí con ganas de enviarte,
algo que te gusté y pueda regalarte
(…).
Te regalo mi orden, mi desorden.
Te regalo mi norte, mi horizonte.
Mi
filosofía, mis historias, mi memoria (…)
Te regalo mis manos, mi locura.
Te
daré todo lo que me pidas”.
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